miércoles, 29 de febrero de 2012

NO MUERDAS LA MANO: REFLEXIONES CONTRA LA CRISIS

La frase dice:

No muerdas la mano que te da de comer.

Pero yo digo:

No muerdas la mano que te quita lo que es tuyo. 


Refexiones contral la crisis, Manuel Yagüe

martes, 28 de febrero de 2012

LITERATURA FEMENINA: EL EMBARAZO DE MI HERMANA DE YOKO OGAWA

Hay montones de libros destinados al embarazo y a las embarazadas. Algo mucho menos común es que el embarazo sea el motivo de una obra literaria. Y algo menos común  todavía es que asistamos a un diario en el que la escritora nos cuenta el embarazo de su hermana. Yoko Ogawa (1962), escritora japonesa, autora de otras dos obras de éxito comercial, Perfume de hielo, y La fórmula preferida del profesor, nos introduce en El embarazo de su hermana, en forma de diario, en una atmósfera cotidiana, pero muy cerrada, que discurre de forma aparentemente tranquila. Sin embargo, la particular manera de ver la realidad de la autora nos sume en la inquietud y el terror. Por no hablar de la ingesta abusiva de mermelada de pomelo.
Lo mejor de la novela es que explora una serie de sentimientos que se esconden durante los embarazos, como pueden ser la falta de deseo de tener el hijo, el miedo a lo nuevo que acontece, el distanciamiento del marido, o la percepción del embarazo por parte de las personas que están a su alrededor.
Se nota la particular mirada de una mujer en la narración, asunto crucial en la novela. La particular manera de observar la realidad de una mujer, muy distinta a la de un hombre, añade un valor incalculable a la literatura moderna. Pero de eso hablaré en otro momento. 
Disfrutemos además del humor negro de la novela. No se lo recomiendo a aquellas mujeres que estén embarazadas en este momento. Pero sí a aquellas que ya lo han estado, que piensen estarlo, y sobre todo a aquellas que no piensan estar embarazadas jamás.
Se trata de una cuidada edición de la Editorial Funambulista, con unas acertadísimas ilustraciones en blanco y negro, que ayudan a crear un peculiar ambiente oscurecido, tétrico pero tranquilo, sin entorpecer la lectura.
Os dejo con un fragmento de un capítulo de la novela, para abrir boca:

“8 de enero

(Jueves. Siete semanas y tres días)

Por fin han llegado las náuseas.
Yo no sabía que aquello llegaría tan repentinamente. Hasta entonces mi hermana solía decir:
-Yo ni siquiera tendré vómitos.
No le gustan los convencionalismos. Siempre cree que sería la última persona en caeer hipnotizada o anestesiada.
Esta tarde, mientras ella y yo comíamos macarrones gratinados, ha levantado de pronto la cuchara a la altura de los ojos, y ha comenzado a mirarla fijamente.
-¿No huele extraña esta cuchara?
A mí me ha parecido una cuchara normal.
-Huele a arena- ha dicho mientras olisqueaba.
-¿A arena?
-Sí. Aquel mismo olor de cuando era niña y me caía en la arena. Un olor seco, áspero y pesado.
Ha bajado la cuchara al plato y se ha limpiado la boca con la servilleta.
-¿Ya no comes más?- le he preguntado.
Ha negado con la cabeza y ha apoyado la mejilla sobre la mano.
La tetera hervía sobre la estufa. Ella me miraba sin decirme nada. Como no podía hacer nada he seguido comiendo.
-¿No crees que la salsa blanca del gratinado parece líquido gástrico?
Yo, sin hacerle caso, he bebido un trago de agua con hielo.
-Esa temperatura tibia, su tacto húmedo, sus grumos…
Se ha agachado y ha inclinado la cabeza para mirarme a los ojos. Yo he golpeado el gratinado del fondo del plato con la punta de la cuchara.
-Y además, el color ése tan extraño…como si fuera grasa.”


El embarazo de mi hermana, Yoko Ogawa.
Editorial Funambulista.
Traducción y postfacio de Yoshiko Sugiyama.
Ilustraciones de Aifos Álvarez.

lunes, 27 de febrero de 2012

LA DESAPARICIÓN DEL ESCRITOR MANUEL YAGÜE

Nota de prensa:

Sorprendentes declaraciones del hasta hace poco inédito escritor Manuel Yagüe: “Desde mi desaparición en extrañas circunstancias, mis libros se venden como rosquillas”, aseguró el autor en una llamada telefónica desde un lugar desconocido que se niega a desvelar. “Mis lectores se han lanzado a encontrar pistas de mi paradero en mis cuentos y poemas, y no paran de buscarme a través de Internet. Menos mal que me he creado una identidad falsa. Si se acercan demasiado, juro que me uno a los Talibanes.”
Se sospecha también que estas declaraciones hayan sido realizadas por algún internauta que aprovecha el éxito repentino de Manuel Yagüe para suplantar su identidad. Hay más de doce personas que han asegurado ser los autores reales de la obra, pero han sido destapados con facilidad. Hay quienes afirman haberlo visto paseando tranquilamente por Valladolid, en una ciudad empapelada de carteles con su fotografía. Un español que trabaja en Sydney creyó haberlo visto nadando en una playa atestada de tiburones. Las autoridades han pedido que cese la colaboración ciudadana, dado el número de pistas falsas y la confusión que genera entre los investigadores.
La pista del escritor, de 36 años, casado y con un hijo, se perdió un domingo de mucho frío por la noche, hace tres meses, cuando la policía encontró el viejo megane amarillo, matricula 1523-BHU, que habitualmente conducía, al borde de la calzada de una carretera secundaria entre los municipios de Motemayor de Pililla y Viloria. A unos centenares de metros, internándose en el pinar, hallaron sus ropas, metidas en una bolsa de plástico. Siguiendo el rastro de su cuerpo los perros de la guardia civil llegaron hasta una carretera casi abandonada, en donde encontraron señales de roderas de otro automóvil, todavía por identificar, y un escrito a cuchillo en la corteza de un árbol: Ja, ja, ja. El viernes anterior había retirado una cuantiosa suma de dinero de la oficina principal de su banco de toda la vida. 
La policía española ya ha puesto el caso en manos de INTERPOL, y su desconsolada familia ofrece un cuantioso rescate, que no deja de crecer, conforme sus obras ascienden en las listas de libros más vendidos. Se ha barajado la posibilidad de que se haya refugiado en alguna isla remota del Pacífico sur, en cualquier aldea tribal del África subsahariana, o como apuntan sus últimas declaraciones, se haya escondido en alguna inaccesible cueva entre las fronteras de Afganistán y Pakistán.
Autor de relatos de humor negro, novelas policiacas de serie B y poesía surrealista, sus allegados sospechaban que tramaba algo y temían un posible suicidio, aunque apuntan que su comportamiento siempre había sido extraño. En boca de su mujer, que está desconsolada: “Siempre parecía estar tramando algo, una se acostumbra”, y añadía: “Manuel, querido, al menos vuelve para el nacimiento de tu segundo hijo”. Yolanda Sampedro, mujer del escritor, está en avanzado estado de gestación y espera al segundo hijo de la pareja para finales de Junio. Curiosamente, a este segundo hijo tenían pensando ponerle el de nombre Manuel, pero ahora no saben que harán.
Una segunda tesis de la investigación, con la que la policía está trabajando, nos llevaría a una secta satánica, o incluso hasta un posible asesinato. Todo está en el aire, y da pie a interesantes conjeturas. Mientras, los padres y hermanos, sobre quienes también se ciernen las sospechas, se niegan a declarar. Por el momento no hay ningún detenido.

domingo, 26 de febrero de 2012

HUMOR NEGRO: UN CUENTO DE AMBROSE BIERCE



Es un cuento delicioso de humor negro, ideal para leer un domingo cualquiera. Todo cuanto hace falta saber sobre Ambrose Bierce está en la red. Os dejo con la cálida voz de Buffer Bing, y junto a la encantadora compañía de sus honorables padres:






ACEITE DE PERRO
 

Me llamo Boffer Bing. Mis respetables padres eran de clase muy humilde: él fabricaba aceite de perro y mi madre tenía un pequeño local junto a la iglesia del pueblo, en donde se deshacía de los niños no deseados. Desde mi adolescencia me inculcaron hábitos de tra­bajo: ayudaba a mi padre a capturar perros para sus calderos y a veces mi madre me empleaba para hacer desaparecer los «restos» de su labor. Para llevar a cabo esta última tarea tuve que recurrir con frecuencia a mi talento natural, pues todos los guardias del barrio estaban en contra del negocio materno. No se trataba de una cuestión política, ya que los guardias que salían elegidos no eran de la oposición; era sólo una cuestión de gusto, nada más. La actividad de mi padre era, lógicamente, menos impopular, aunque los dueños de los perros desaparecidos le miraban con una descon­fianza que, en cierta medida, se hacía extensible a mí. Mi padre contaba con el apoyo tácito de los médicos del pueblo, quienes raras veces recetaban algo que no contuviera lo que ellos gustaban llamar Ol.can. Y es que realmente el aceite de perro es una de las más valiosas medicinas jamás descubiertas. A pesar de ello, mucha gente no estaba dispuesta a hacer un sacrificio para ayudar a los afligidos y no dejaban que los perros más gordos del pueblo jugaran conmigo; eso hirió mi joven sensibilidad, y me faltó poco para hacerme pirata.
Cuando recuerdo aquellos días a veces siento que, al haber ocasionado indirectamente la muerte de mis padres, tuve la culpa de las desgracias que afectaron tan profundamente mi futuro.
Una noche, cuando volvía del local de mi madre de recoger el cuerpo de un huérfano, pasé junto a la fábrica de aceite y vi a un guardia que parecía vigilar atentamente mis movimientos. Me habían enseñado que los guardias, hagan lo que hagan, siempre actúan inspirados por los más execrables motivos; así que, para eludirle, me escabullí por una puerta lateral del edificio, que por casualidad estaba entreabierta. Una vez dentro cerré rápidamente y me quedé a solas con el pequeño cadáver. Mi padre ya se había ido a descan­sar. La única luz visible era la del fuego que, al arder con fuerza bajo uno de los calderos, producía unos reflejos rojizos en las paredes. El aceite hervía con lentitud y de vez en cuando un trozo de perro asomaba a la superficie. Me senté a esperar que el guardia se fuera y empecé a acariciar el pelo corto y sedoso del niño cuyo cuerpo desnudo había colocado en mi regazo. ¡Qué hermoso era! A pesar de mi corta edad ya me gustaban apasionadamente los niños, y al contem­plar a aquel angelito deseé con todo mi corazón que la pequeña herida roja que había sobre su pecho, obra de mi querida madre, hubiera sido mortal.
Mi costumbre era arrojar a los bebés al río que la naturaleza había dispuesto sabiamente para tal fin, pero aquella noche no me atreví a salir de la fábrica por miedo al guardia. «Seguro que si lo echo al caldero no pasará nada -me dije-. Mi padre nunca distinguirá sus huesos de los de un cachorro, y las pocas muertes que pueda ocasionar la administración de un tipo de aceite diferente al incomparable Ol.can no pueden ser importantes en una población que crece con tanta rapidez.» En resumen, di mi primer paso en el crimen y arrojé al niño al caldero con una tristeza inexpresable.
Al día siguiente, y para asombro mío, mi padre nos informó, frotándose las manos de satisfacción, que había conseguido la mejor calidad de aceite nunca vista y que los médicos a los que había enviado las muestras así lo afirmaban. Añadió que no tenía la menor idea de cómo lo había hecho, pues los perros eran de las razas habituales y habían sido tratados como siempre. Consideré mi deber dar una explica­ción y eso fue lo que hice, aunque de haber previsto las consecuencias, me habría callado. Mis padres, tras lamentar haber ignorado hasta entonces las ventajas que la fusión de sus respectivos quehaceres suponía, pusieron manos a la obra para reparar tal error. Mi madre trasladó su negocio a una de las alas del edificio de la fábrica y mis obligaciones respecto a ella cesaron: nunca más volvió a pedirme que me deshiciera de los cuerpos de los niños superfluos. Como mi padre había decidido prescindir totalmente de los perros, tampoco hubo necesidad de causarles más sufrimientos. Eso sí, aún conservaban un lugar honorable en el nombre del aceite. Al encontrarme abocado, tan repentinamente, a llevar una vida ociosa, me podría haber convertido en un chico perverso y disoluto, pero no fue así. La santa influencia de mi querida madre siguió protegién­dome de las tentaciones que acechan a la juventud, y además mi padre era diácono de la iglesia. ¡Ay! ¡Y pensar que por mi culpa unas personas tan estimables tuvieran un final tan trágico!
Debido al doble provecho que encontraba en su actividad, mi madre se entregó totalmente a ella. No sólo aceptaba encargos para eliminar bebés no desea­dos, sino que se acercaba a las carreteras y caminos en busca de niños más crecidos, e incluso adultos, a los que conseguía arrastrar con engaños hasta la fábrica. Mi padre, encantado con la superior calidad del pro­ducto, también se dedicaba con diligencia y celo a abastecer sus calderos. La transformación de sus veci­nos en aceite de perro llegó a ser, en pocas palabras, la pasión de sus vidas; una codicia absorbente y arrolla­dora se apoderó de sus almas y pasó a ocupar el lugar antes destinado a la esperanza de alcanzar la Gloria, que, por cierto, también les inspiraba.
Se habían hecho tan emprendedores que llegó a celebrarse una asamblea pública en la que se aprobaron varias mociones de censura contra ellos. El presidente hizo saber que en lo sucesivo los ataques contra la población hallarían una contundente respuesta. Mis pobres padres abandonaron la reunión con el corazón partido, sumidos en la desesperación y creo que algo desequilibrados. A pesar de ello, creí prudente no acompañarles a la fábrica aquella noche y preferí dor­mir fuera, en el establo.
Hacia la medianoche, un misterioso impulso me hizo levantarme y espiar a través de una ventana el cuarto en el que, junto al horno, mi padre dormía. Los fuegos ardían vivamente, como si la cosecha del día siguiente fuera a ser abundante. Uno de los enormes calderos hervía lentamente, con un misterioso aire de contención, en espera de la hora propicia para desple­gar todas sus energías. La cama estaba vacía: mi padre se había levantado y, en camisón, estaba haciendo un nudo en una soga. Por las miradas que lanzaba hacia la puerta de la habitación de mi madre, adiviné lo que estaba tramando. Mudo e inmóvil por el terror, no supe qué hacer para evitarlo. De pronto, la puerta de la alcoba se abrió sin hacer el menor ruido y los dos, algo sorprendidos, se encontraron. Mi madre tam­bién estaba en camisón y blandía en la mano derecha su herramienta de trabajo: una larga daga de hoja estrecha.
Ella, como mi padre, no estaba dispuesta a quedarse sin la única oportunidad que la actitud poco amistosa de los ciudadanos y mi ausencia le dejaban. Por un instante sus miradas encendidas se cruzaron e inme­diatamente saltaron el uno sobre el otro con una furia indescriptible. Lucharon por toda la habitación como demonios: mi madre gritaba y pretendía clavar la daga a mi padre, que profería maldiciones e intentaba aho­garla con sus grandes manos desnudas. No sé durante cuánto tiempo tuve la desgracia de contemplar aquella tragedia familiar pero, por fin, después de un forcejeo particularmente violento, los combatientes se separa­ron de pronto.
El pecho de mi padre y la daga mostraban pruebas de haber entrado en contacto. Durante un momento mis progenitores se miraron de la forma más hostil; entonces, mi pobre padre, malherido, al sentir la pro­ximidad de la muerte, dio un salto hacia delante y, sin prestar atención a la resistencia que ofrecía, agarró a mi madre en brazos, la llevó hasta el caldero hirviente y, sacando fuerzas de flaqueza, se precipitó con ella en su interior. En solo un instante los dos desaparecieron y su aceite se unió al del comité de ciudadanos que habían traído la citación para la asamblea del día anterior.
Convencido de que estos desafortunados aconteci­mientos me cerraban todas las puertas para llevar a cabo una carrera honrada en aquel pueblo, me trasladé a la conocida ciudad de Otumwee, desde donde escri­bo estos recuerdos con el corazón lleno de remordi­miento por aquel acto insensato que dio lugar a un desastre comercial tan espantoso.


Ambrose Bierce

sábado, 25 de febrero de 2012

DEDICADO A MAESTROS Y PROFESORES: UN POEMA DE NICANOR PARRA

Esta entrada está dedicada a todos los maestros y profesores del mundo, nada menos. Un autorretrato de Nicanor Parra, último ganador del Cervantes.
Hay quienes dicen que la poesía de Nicanor Parra no es poesía. Yo no sé qué es la poesía, ni cómo podría definirla. Pero sé cuando hay. Y aquí hay mucha, de alto voltaje. Si Nicanor Parra es un “antipoeta”, yo me incluyo en la categoría.
Puede que las condiciones de maestros y profesores hayan cambiado (gabanes de frailes mendicantes, liceos oscuros, los zapatos de cura), pero los sentimientos siguen vigentes; por no hablar de las polémicas horas semanales:



AUTORRETRATO



Nicanor Parra

Considerad, muchachos,
este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
he perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
que envejecieron sin arte ni parte.

En materia de ojos, a tres metros
no reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
me los he arruinado haciendo clases:
la mala luz, el sol,
la venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
para ganar un pan imperdonable
duro como la cara del burgués
y con olor y con sabor a sangre
¡Para qué hemos nacido como hombres
si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
veo formas extrañas en el aire,
oigo carreras locas,
risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
y estas mejillas blancas de cadáver,
estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!

Sin embargo yo fui tal como ustedes,
joven, lleno de bellos ideales,
soñé fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante:
aquí me tienen hoy
detrás de este mesón inconfortable
embrutecido por el sonsonete
de las quinientas horas semanales.



Poemas y antipoemas, Nicanor Parra.
Editorial Visor.

jueves, 23 de febrero de 2012

BESOS

Ustedes eligen, hay que decidirse, ¿damos o no damos besos? Veamos qué dice en su poema Paul Morand.



El beso, Robert Doisneau
 BESOS


Un beso
abrevia la vida humana en 3 minutos,
afirma el Departamento de Psicología
del Western State College,
Gunninson (Col.).
El beso
provoca tales palpitaciones
que el corazón trabaja en 4 segundos
más que en 3 minutos.
Las estadísticas demuestran
que 480 besos
acortan la vida en un día,
que 2.360 besos
os privan de una semana
y que 148.071 besos,
son sencillamente un año perdido.


U.S.A. Álbum de fotografías líricas, Paul Morand.
Traducción de Marie-Christine del Castillo, para la obra Oda a Marcel Proust y otros poemas, editorial Renacimiento.

miércoles, 22 de febrero de 2012

LA PERSONALIDAD DEL ARTISTA: UNA CITA DE LIN YUTANG

En esta entrada os acerco una reflexión del pensador chino Lin Yutang (1895-1976), en la que reflexiona a cerca de lo importante que es la personalidad del artista, frente a la técnica. Se encuentra incluida dentro de su obra “La importancia de vivir”, en la que recorre determinados aspectos de lo cotidiano, pareja, hijos, trabajo, amor, vivienda, amigos, con acertadas apreciaciones sobre la mejor manera de aprovechar nuestras vidas.

La cita presente, con la que estoy plenamente de acuerdo, podría ser aplicable no sólo a los artistas, pero va dirigida a ellos. También, a los buenos lectores, para que aprendan a leer un libro con otros ojos, y juzguen la voz del escritor que hay detrás de las líneas del texto, o la personalidad del pintor que hay detrás de la tela de un cuadro.

Aquí os dejo con la voz de Lin Yutang:





La obra del artista se halla determinada estrictamente por su personalidad. Esta “personalidad” es a la vez moral y artística. Tiende a acentuar la noción de la comprensión humana, de la altura de ánimo, del desapego de la vida, de la ausencia de pequeñez o trivialidad o vulgaridad. En este aspecto es similar a la voz occidental de “manera” o “estilo”, en el sentido del modo de proceder del artista. Un artista díscolo o inconvencional demostrará estilo díscolo o inconvencional, y una persona de encanto demostrará, naturalmente, encanto y delicadeza en su estilo, y un gran artista de buen gusto no se allanará a los “amaneramientos”. En este sentido la personalidad es el alma misma del arte. Los chinos han aceptado siempre implícitamente la creencia de que no puede ser grande un pintor a menos que sea grande su personalidad moral y estética; y al juzgar la caligrafía y la pintura, el patrón más alto no es el patrón de si el artista demuestra buena técnica, sino el de si tiene o no alta personalidad.
Una obra que demuestre técnica perfecta puede señalar de todos modos una “baja” personalidad, y entonces, como diríamos en este idioma, esa obra carece de “carácter”.


La importancia de vivir, Lin Yutang.
Editorial Edhasa. Traducción de Román A. Jiménez.

lunes, 20 de febrero de 2012

EL BAÑO




-Te apuesto lo que quieras a que no lo consigue.
-¡Venga!
Los amigos observaban desde la playa como Felipe daba fuertes brazadas en las olas, ascendiendo y descendiendo, en pos de un promontorio rocoso que sobresalía a mar abierto. Estaban en calzoncillos, y la ropa de los tres estaba arrebujada encima de sus zapatos. Eran las siete de la mañana, venían de juerga, y la playa estaba desierta. Hacía algo de frío. Todavía no estaba puesta bandera alguna.
-Hace frío.
-El agua está que jode- dijo tiritando. Los dos amigos se rieron.
-A veces se me pierde de vista.
-Es por las olas, y que tú estás mas cegato que un topo.
Se dieron unos codazos y se pusieron a luchar en broma. Cuando la lucha amistosa terminó, el amigo cegato dijo:
-¿Y tú lo ves?
-Sí mira…, ahora lo tapa una ola…, ahora…- dijo señalando con el índice un punto impreciso entre todos los matices de gris del mar encrespado-, espera…, ahora lo he perdido…, en fin…, no se…
Vieron acercarse a ellos un perro labrador chapoteando en el agua, con una pelota de goma en la boca. El dueño, haciendo footing, estaba bastante lejos todavía.
El labrador llegó hasta donde estaban y se puso a dar vueltas en torno a ellos, provocándoles  para que jugaran.
-¿Lo ves?- preguntó el amigo cegato.
-No, ahora no lo veo. No me pongas nervioso-. Le quitó al perro la pelota y se puso a jugar con él, como si nada.
El amigo cegato se introdujo un poco en la playa, hasta que el agua, heladora, le impidió seguir, a la altura de las rodillas. Puso la mano derecha haciendo visera sobre su frente, entrecerró los párpados; así estuvo como medio minuto.
Volvió corriendo:
-Oye, cuánto tiempo llevamos esperando.
-Yo que sé, cinco, quizá diez minutos- dijo el otro, sacudiéndose la arena de las manos.
-Joder el agua está muy fría, y no se ve nada.
-Mierda.
-¿Qué, que dices?
El dueño del perro se iba acercando.
Tiró la pelota al perro con todas sus fuerzas:
-¡Qué pasa! ¿Es que no vas a decir nada?
-¡Mierda! Creo que tenemos que llamar a la policía.


Manuel Yagüe

domingo, 19 de febrero de 2012

POESÍA MODERNA: CITA DE FLAUBERT

"Hubo una época en la que se creía que sólo la caña de azúcar daba el azúcar; ahora se obtiene de casi todo. Pase lo mismo con la poesía: extraigámosla de cualquier cosa, ya que ella surge de todo y en todas partes:"  


Flaubert

sábado, 18 de febrero de 2012

PAUL MORAND EN GALWAY: UN POEMA Y UN VIAJE LITERARIO


Dedico está entrada a Maria Yagüe


En el diario ABC, el día 31 de marzo de 1997, aparece la siguiente explicación referida al poema de Morand:

El volumen, de cuatrocientas páginas, incluye el poema inédito “Galway”, conservado por el académico francés Michel Déon, que fue amigo de Morand y que es el autor del prólogo de esta edición, en el que afirma que la poesía del escritor francés “es un arma de acero templado: ahonda las heridas y descubre el corazón que late desenfrenadamente”.

Quien quiera leer, el artículo completo, o simplemente confirmar el dato, puede ir al siguiente enlace, dentro de la hemeroteca digital de ABC: “Granada publica, por primera vez, la poesía completa de Morand” (31-3-1997).

En mi caso, he llegado hasta Morand y hasta este poema, que el escritor nunca publicó en vida, por un cúmulo de casualidades que empiezan por Apollinaire, de él me llevan a Blaise Cendrars, y finalmente a Paul Morand. Y sobre todo al hecho incuestionable de que me haya fijado precisamente en este poema porque mi hermana María lleva años viviendo en la preciosa ciudad de Galway, que tuve la oportunidad de visitar, junto con sus alrededores, en un viaje de verano maravilloso. De ahí el amor de mi familia por Irlanda.

A la poesía ha de llegarse por vericuetos muy personales. Importan los poemas que nos importan, no los que importan a los académicos. Pero, además Morand es el tipo de escritor fragmentario, reportero, viajero, esperanzado, libre, moderno, que me gusta. Directo a la realidad. Agudo hasta la nausea, descriptor meticuloso y surrealista, autor comprometido. Más actual que toda la poesía de elegancias intelectuales o de etéreas evanescencias abstractas, que se escribe, y todavía peor, publica hoy en día.

Frente a los acantilados de Moher, o ascendiendo en bicicleta hasta la zona más alta de Inishmore, la mayor de las islas Aran, y llegando finalmente hasta el fuerte de Dún Aengus, donde el mundo parece que se acabe en un abrupto tajo de cien metros, y no haya más habitantes en la tierra que un puñado restos prehistóricos.
Os dejo con el poema:

Paul Morand
GALWAY



Irlanda hace muecas de granito,
se enfrenta con la empalizada de todos sus basaltos,
al espacio atlántico.
Permanece ante el cielo nulo
como la idea ante la página en blanco.
Dando la cara a un viento que no viene de ninguna parte,
afrontando un vacío más nacarado que el de las caracolas,
si la isla permite al sol terminar a solas su curso,
es porque ya no hay esperanza al otro lado del mar occidental.
Fuera de Europa no hay más que espejismos, vapores,
muerte, nubes, humores.
Fuera de Europa, nada se decide, nada se condensa.
Sumisa en la interrogación del agua,
la Irlanda de los ojos de ostra llora
todas las lágrimas de su cuerpo de ahogada;
exportadora de lamentaciones,
llora su vida de náyade proscrita y de gran derrotada profesional.
Ella no es sino un agujero en una túnica de ángel,
Un desgarrón en un vestido de hada mendicante.
En vano dispara a la neblina del oeste guiños de faros,
Acantilados de Moher
ondas en círculo,
gotitas de aviones, comas de gaviotas,
gritos miserables,
preguntas húmedas o mensajes mojados.
Y nada responde sino el agua que salpica y que lustra.
Irlanda como su pan color de turba
su centeno color piel de cura,
su pan de poesía, de tumba.
Recula ante un infierno frío,
de verdes condenados, como el buceador, recubierto de burbujas,
un infierno de llamas verdes.
Irlanda lava el umbral desgastado de Europa
hablando a solas, como las locas.





Paul Morand. Editorial Renacimiento.
Traducción de Marie-Christine del Castillo.






viernes, 17 de febrero de 2012

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

La mujer del sastre enhebró la última aguja.
–Ya está –dijo-, y con esto terminamos el traje.
Cosió el último trozo de piel y, levantándose, se puso el traje y se miró en el espejo.
Ya no era la mujer del sastre. Ahora era el sastre.
  


           Manuel Yagüe



jueves, 16 de febrero de 2012

NAGASAKI: UN MICROCUENTO DE ALFONSO SASTRE

La primera bomba cayó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y la segunda cayó tres días más tarde, en Nagasaki. Magnifico cuento del escritor Alfonso Sastre. Como vemos en España también se ha escrito buena literatura. Un cuento breve, muy superior a muchos que se dicen cuentos:

 

NAGASAKI

Me llamo Yanajido. Trabajo en Nagasaki y había venido a ver a mis padres en Hiroshima. Ahora, ellos han muerto. Yo sufro mucho por esta pérdida y también por mis horribles quemaduras. Ya sólo deseo volver a Nagasaki con mi mujer y con mis hijos.
Dada la confusión de estos momentos, no creo que pueda llegar a Nagasaki enseguida, como sería mi deseo; pero sea como sea, yo camino hacia allá.
No quisiera morir en el camino. ¡Ojalá llegue a tiempo de abrazarlos!

Las noches lúgubres, Alfonso Sastre.

miércoles, 15 de febrero de 2012

CUENTO HIPERBREVE DE HEMINGWAY

Maestro del cuento, amante de la vida, en este cuento tan breve que hay que leerlo tres veces, condensa todo un drama:



For Sale: Baby shoes, never worn.
Se vende: Zapatos de bebé sin usar.


                      
              

                          



EL CAMBIO NECESARIO

Archivo:Walden Thoreau.jpg


"Preveo que cuando un hombre haya convertido un hecho de la imaginación en un hecho de su entendimiento, todos los hombres a la larga establecerán sus vidas sobre esa base."


Walden, La vida en los bosques, Henry David Thoreau.
Traducción Jorge Lobato.





domingo, 12 de febrero de 2012

SEXO MODERNO


Era una modelo en biquini, delgada,
de piel morena, y pelo rubio.
Salió corriendo del agua, a una playa de arena limpia,
Y mar verde del caribe.
Fue hacia las palmeras, contoneándose y lanzándome miradas de deseo.
Saltó de aquel anuncio, de la televisión a la salita de mi piso.
Vino a mis bazos y se tendió en el sofá
sonriente, dispuesta a dejarse amar
por cualquiera, por mi también.
Sus ojos eran de cristal y se movían muy poco.
Su voz sensual, sonaba metalizada.
De tacto algo plastificado,
y besos de jabón líquido,
su lengua giraba siempre hacia las agujas del reloj.
También me fijé que su piel no sabía a sal.
Y que su pelo era de muñeca rubia.
Las braguitas y el sujetador
eran de tela barata y me manchaban las manos de brillantina.
Tampoco sabía abrazar, ni acariciar,
lo hacía mecánicamente.
Cuando la abrí de piernas
tuve que tirar de una lengüeta de seguridad,
que certificaba que no había sido nunca penetrada.
Lo hice, el sueño tenía que acabar, antes que las baterías.
Al final gemía como un transistor averiado.
Cuando terminé, cerré sus piernas y puse los brazos
a ambos costados, ya casi no se movía.
Me subí los calzoncillos.
Me arrepentí un poco de haberme gastado
tanto dinero con la visa.



Manuel Yagüe Manzanares

sábado, 11 de febrero de 2012

ESPERANDO A LOS BÁRBAROS: UN POEMA DE KAVAFIS




Hace tiempo que venía queriendo mostrar este sobrecogedor poema de Konstantino Kavafis. No me decidía.
No veía la ocasión. Crisis, crisis, y más crisis. No veía más que esa palabra. No me daba cuenta de lo cortas que son nuestras vidas, y lo larga que es la historia. La sentencia de Garzón, el nuevo gobierno en España, los despidos masivos en empresas con grandes beneficios, la ruina de Grecia, la subida del petróleo… No son horas, ya pasan de las doce, estoy cansado de toda clase de falsas explicaciones.

Estábamos esperando la llegada de los bárbaros, pero puede que los bárbaros ya hayan llegado:



ESPERANDO A LOS BÁRBAROS

¿Qué esperamos agrupados en el foro?

           Hoy llegan los bárbaros.

¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?

          Porque hoy llegan los bárbaros.

¿Qué leyes botarán los senadores?

          Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.

¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
Konstantino Kavafis
en su alto trono, coronado y solemne?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir
a su jefe. Al que hará entrega
se un largo pergamino. En él
escritas hay muchas dignidades y títulos.

¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas?
¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados
en oro y plata, signos de su poder?

Porque hoy llegan los bárbaros;
y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?

Porque hoy llegan los bárbaros
Que odian la retórica y los largos discursos.

¿Por qué de pronto esa inquietud
y movimiento? (Cuanta gravedad en los rostros.)
¿Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?

Porque la noche cae y no llegan los bárbaros.
Y gente venida desde la frontera
afirma que no hay bárbaros.

¿Y qué será de nosotros sin bárbaros?
Quizá ellos fueran una solución después de todo.



Konstantino Kavafis, 1904. Poesía Hiparión.
Traducción y notas de José María Álvarez.








jueves, 9 de febrero de 2012

VIAJES LITERARIOS

Inauguro esta sección con una fotografía, en Islandia, del volcán Snæfells.

:

Lugar elegido por Verne y sus protagonistas para meterse en el interior de la tierra.
Así que el primer viaje, que nos llevaría, si nos atrevemos, al interior de nuestro pequeñajo planeta, es a este paraje deshabitado de Islandia (pero, ¿en serio esta habitada Islandia?).
Y la obra es, como no, "Viaje al centro de la tierra", escrita por Julio Verne en el año 1864.
Quienes quieran más información, pueden visitar este agradable artículo de Carmen Pérez Lanzac: Islandia: viaje al centro de la tierra.

LA POBREZA ECONÓMICA DEL ARTISTA

A mi entender, el artista es la víctima principal del comercio de la cultura. El gran dilema del artista siempre ha sido vivir de su arte, como un carpintero viviría de su silla. En contra de lo que parece, conforme internet avanza se diluye la seguridad del artista, que puede pasar a ser un anónimo sin él desearlo. Lo cual puede por otro lado estar incluso bien.

Manuel Yagüe

miércoles, 8 de febrero de 2012

VIOLENCIA Y FEMINISMO: UN POEMA DE MARGARET ATWOOD

    En su libro de poemas “Juegos de poder (Power Politics)”, año 1971, la escritora canadiense Margaret Atwood despliega una obra de una fuerza poética irresistible, al tiempo que denuncia las relaciones de pareja hombre-mujer como relaciones en las que el hombre domina y la mujer se convierte en la víctima. La ironía del título, juegos de poder, para la narración de la historia de amor de una pareja, invade los poemas, así como por la transfiguración irónica del tradicional poemario de amor cortés. La alabanza del amor idealizado, se transforma en un alegato realista sobre el uso del poder en el ámbito de la pareja. La obra tuvo una gran acogida en el ámbito del feminismo.
    He extraído un pequeño fragmento, que me ha emocionado especialmente por su mezcla de lirismo, concisión y rotundidad.

(Versión española)

Te has escapado,
tus direcciones
se arrugan en el viento, la ciudad
se descongela con alivio

el tráfico retorna
a su rutina, los edificios
hinchados vuelven a

su estado normal, yo ando con naturalidad
desde mi casa a la tienda, nada

en mí te recuerda excepto los moratones
de mis muslos y dentro de mi cráneo.


(Versión inglesa)

You have made your escape,
your known addresses
crumple in the wind, the city
unfreezes whith relief

traffic shifts back
to its routines, the swollen
buildings return to

normal, I walk believably
from hause to store, nothing

remembers you but the bruises
on my thighs and the inside of my skull.



Juegos de poder, Margaret Atwood. Poesía Hiperión.
Versión, introducción y notas de Pilar Somacarrera Iñigo.

martes, 7 de febrero de 2012

PERSONAS, PUERTAS Y HABITACIONES




"Cada persona es una puerta entreabierta que lleva a una común habitación. "



Tomas Tranströmer

lunes, 6 de febrero de 2012

La muerte de un gran poeta

Cada vez que un gran escritor, uno de mis admirados muere, siento que se me hubiera ido uno de mis amigos, y siento, con perdón, un poco más de asco por este mundo de mierda. Cada poco uno de esos vejestorios empeñados en escribir y en comprometerse con los débiles y los oprimidos tiene la mala idea de morirse, para que lo tengan que recordar en la televisión. Y la televisión, como siempre, cumple su función de maravilla. Sacan dos o tres cositas del viejo, una entrevista de hace quince años, y dicen que era mejor de lo que la vida decía de él. Luego la maquinaria se marcha a otro asunto, y se acabó. Por suerte, quedamos unos cuantos que hemos leído un poquito. Nosotros sí sabemos de que va. Va de soledad, y de una lucha terrible contra el silencio en el quedan sumidos los poetas, incluso los más grandes.


Manuel Yagüe

domingo, 5 de febrero de 2012

LEONARD COHEN: FLORES PARA HITLER

Hasta que mis neuronas puedan hacer una reflexión sobre Leonard, aquí va un poema que no deja de recordarme la sensación que tengo al entrar en una fiesta. Fantástico, sobrecogedor, y acaba, como no, bailando; pero ¿qué otra cosa hacer?
Incluyo la versión del poema en inglés y en español.



THE MUSIC CREPT BY US

I would like to remind
the management
that the drinks are watered
and the hat-check girl
has siphilis
and the band is composed
of former SS monsters
however since it is
new Year´s Eve
and I have lip cancer
I will place my
paper hat on my
concusión and dance


LA MÚSICA PASÓ A NUESTRO LADO INADVERTIDA


Me gustaría recordarle
a la dirección
que las bebidas están aguadas
y que la chica del guardarropa
tiene la sífilis
y la banda está compuesta
de antiguos monstruos de las SS
No obstante dado que es
la Noche de Fin de Año
y yo tengo cáncer de labio
depositaré mi
sombrero de papel sobre mi
conmoción cerebral y bailaré


Leonard Cohen, Flores para Hitler.
Visor de Poesía, traducido por A. Resines.