Feliz cumpleaños, Yolanda.
EL NIDO DE AMOR
En el pisito enano, franquista, con los cuervos viejos y los pomos colgantes,
estábamos tú y yo, un niño imaginario, un perro schnauzer, y varias plantas
que habían muerto de sobredosis.
Oíamos golpear las paredes, y las tuberías emitían una música
indudable, surgida de las cloacas.
¿Quiénes eran aquellos que golpeaban las paredes
y nos obligaban a golpear las paredes?
No llegamos a saberlo.
Los llantos de una mujer mordida por un cartero
no cesaban de deshilachar la niebla del antiguo río que pasaba por la zona.
Un río fantasma, que había quedado paseándose por el barrio,
como un violador ansioso por las calles sin números.
Hubiéramos tenido que fingir un suicidio.
Y sabes lo bien que se me da hacer colgajos.
Nunca nos hubiéramos adaptado a la vida entre los muertos.
¡Felices borrachos! Una noche de luna llena.
Lo que prueba que la felicidad está en cualquier parte;
sobre todo si te acosan toros o alfileres.
Manuel Yagüe
muchas gracias, no sabes como recuerdo todos esos años en aquel pisito....
ResponderEliminarbonito de verdad
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