viernes, 9 de marzo de 2012

UNA ANÉCDOTA MACABRA, CONTADA POR JULIO CESAR

No me he podido resistir a introducir esta nota de color en el aburrimiento de la vida cotidiana. Una anécdota tan cruel como precisa, que muestra el dolor de una madre, y la pericia para contar de Julio Cesar, si es que es suya.


“Jugaba un muchacho tracio sobre el helado río Hebro, cuando rompió con su peso el agua congelada por el frío; y mientras sus miembros inferiores eran arrastrados hacia lo profundo, un témpano liso le cortó la cabeza por el cuello. Su madre, que no tardó en encontrarla, la entregó a la pira, y exclamó: Esto he parido para las llamas y el resto para las aguas. ¡Desdichada de mí! El río posee la mayor parte, y sólo esto me dejó para hacerme saber la muerte de mi hijo.”

Julio César

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