La lectura de los cuentos de Mark Twain, además de resultar
una diversión absoluta, nos aporta una idea para una práctica de escritura
de taller literario.
Pero, primero vayamos al texto de Twain, que se corresponde
con el principio de “Un cuento sin final”:
“En el barco teníamos un entretenimiento que nos ayudaba a
pasar el tiempo…, al menos por la noche, en el salón de fumadores, cuando los
hombres se recuperaban de la monotonía y el aburrimiento del día. Consistía en
terminar historias inacabadas. Es decir, alguien contaba una historia menos el
final, y luego los demás trataban de proporcionar un final inventado por ellos
mismos. Cuando todos los que querían probar suerte terminaban, el hombre que
había contado la historia relataba el final verdadero…, y luego se podía
elegir. A veces los finales nuevos resultaban mejores que los antiguos.”
Un cuento sin final,
Mark Twain. Cuentos selectos, Editorial Debolsillo.
Creo que la práctica no requiere más explicación. Cada participante
escribe un cuento. Pero no debe contar el final, para que los demás aporten su
final preferido. Luego se lee el cuento completo, y se decide cuál es el mejor
final. Como dice Twain en su cuento, a veces los finales nuevos resultan
mejores que los antiguos.
Y por supuesto no dejéis de leer a Mark Twain. O no os lo
perdonaréis nunca.
Manolo Yagüe.
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